miércoles, 14 de julio de 2010

PERSPECTIVAS EN LA ENSEÑANZA CENTRADAS EN EL ESTUDIANTE

UNIVERSIDAD DEL DESARROLLO PROFESIONAL
ALUMNA: ANA SANTIAGA PALOS SAUECDO
DOCENTE: LUZ MARIA VILLA CISNEROS
TEMA: VALORES Y NORMAS
BIBLIOGRAFIA:

PIAGET, JEAN. Seis estudios de psicología. Editorial Seix Barral. Barcelona,1.967

La escuela ha ido relegando la educación en hábitos, actitudes y valores, pensando que cada alumno podría aprender por sí mismo lo bueno o malo, o en cualquier caso era una tarea de la familia. El abandono de esta dimensión ética por parte de la escuela se explica por:
En tanto la educación en valores y actitudes fue un componente de la educación religiosa confesional y en aras a una neutralidad ideológica el natural refugio en contenidos instructivos ha ido relegando -en parte- una educación moral y ha dejado -en cierta medida- desarmada a la escuela en general frente a las demandas de los padres y familias.
Se pensó que la nueva vida democrática implicaba que cada uno tiene los valores que prefiera, puede hacer lo que quiera con tal de que no incida negativamente en otros, y la escuela no debe intervenir en el campo de los valores.
Frente a este “objetivismo/neutralismo”, hemos de reconocer que una educación sin un propósito moral, en el mejor sentido y más amplio de la palabra, no es nada.

En segundo lugar, desde un enfoque liberal en educación, se relegó el campo de la educación en valores a la esfera privada, dejando de ser objetivo de la enseñanza pública. El temor a adoctrinar, a caer en el autoritarismo, ha llevado a creer que cada uno lo puede aprender por sí mismo. Cada uno tiene sus propios valores (modos de pensar y actuar), que es preciso respetar.

Se ha confundido el valor de la tolerancia con la ausencia de cualquier norma.” Minimizar el valor de la disciplina -recuerda Victoria Camps (1.990) - es ignorar lo que los griegos ya sabían y aceptaban: que la virtud es hábito, costumbre, repetición de actos, es decir, disciplina”
Esta ausencia de normas claras, dice -con razón- Victoria Camps (1.990), nos ha llevado -por debilidad ideológica, que acusamos como docentes al igual que el resto de la sociedad- a una educación “débil”, a no tener nada que ofrecer, o mejor, a renunciar a ser responsables del mundo en que hemos colocado a nuestros niños y jóvenes.
Frente a no querer intervenir cuando permaneciendo en una falsa neutralidad, cabría comenzar afirmando, como hacía Cam.

ANALISIS
DESDE MI PUNTO DE VISTA PIENSO QUE LA INSTITUCION REQUIERE DE NORMAS Y VALORES PARA FORTIFICAR A UN MAS LA EDUCACION


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6-07-2010

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